Noche especial. Es 10 de Agosto: San Lorenzo, lluvia de estrellas con las Perseidas, y también luna llena. Una llena muy especial porque está transitando el perigeo, la zona elíptica más cercana a la tierra, por lo que la vamos a ver más intensa y brillante.
Es una noche de luz. La oscuridad de la noche va a sentirse acompañada por la luminosidad de la luna llena. Como en el transcurso de nuestra vida las luces y las sombras forman parte de los mismo, de nuestro ser.
Es un buen momento para hacer una meditación y tomar conciencia de nuestra propia luz, somos seres de luz, para iluminarnos y alumbrar a los demás.
Nos atrae la luz, pero es importante bendicir la oscuridad, sin ella no seríamos capaces de apreciar la luz.
En la sombra de nosotros mismos es donde hacemos los encuentros más luminosos.
Es noche para limpiar y cargar piedras y amuletos.
En esta ocasión, voy a cargar un té "Luna de Oriente" para limpiar mi ámbito de trabajo y tener prosperidad.
Para ello preparo el té y le añado sal y un chorrito generoso de aceite esencial de lavanda. Lo pongo en un cuenco y lo saco a la ventana o a la terraza para dejarlo ahí cargando toda la noche a la luz de la luna. Sirve también hacerlo con agua, pero como tengo la suerte de poder contar con este té de nombre tan evocador y aporpiado para la ocasión, he decidido preparalo con él.
El té luna de Oriente es un té verde con especias: clavo, pimienta rosa, cardamomo, cilantro, naranja y manzana.
El clavo de olor simboliza la dignidad.
La pimienta rosa nos abre a la comunicación.
El cardamomo activa nuestra capacidad para emprender proyectos nuevos.
La manzana simboliza la paz.
La naranja es símbolo de amor y fidelidad.
El té y la sal limpian el ambiente de malas sintonías.
El aceite de lavanda además de purificar es antidepresivo y restablece la plenitud.
Así que en esta ocasión vamos a utilizar el té de otra forma diferente a la de tomar una infusión.
Mañana recogeré el té y lo meteré en un frasquito pulverizador y de esta manera lo extenderé bien por todos
