Su composición es muy saludable: hojas de olivo, hibisco, arándanos, pétalos de rosa y aroma natural de cereza. En el conjunto predominan los sabores de cereza y arándano lo que hace que sea muy fácil tomarla incluso sin azúcar.
Las hojas de olivo le aportan un efecto vasodilatador, controlan el estrés, van muy bien para mantener una piel luminosa y reducen el colesterol. Para las infusiones se emplean las hojas de acebuche, que son las que nacen en la base del tronco y contienen más propiedades.
El hibisco nos brinda su capacidad diurética, hipotensora y sedante.
Por su parte los arándanos protegen nuestras vías urinarias, favorecen la circulación sanguínea, ayudan a conservar bien la vista, aportan vitamina C, y hacen que estemos más concentrados y tengamos buena memoria.
Al no contener teína, es ideal para tomar a cualquier hora del día, y en los dias de mucho calor podemos tomarla en frio bien fresquita.
Para prepararla calentaremos agua a 95º y la infusionaremos durante 5´- 7´.
El nombre de Atenea se lo hemos puesto porque el olivo era la planta reperesentativa de esta diosa griega, que además era la diosa de la sabiduría, las artes y la justicia. Actualmente este nombre y sobre todo su simbología ha sido utilizado por numerosos grupos feministas, ya que esta diosa, más majestuosa que bella, representa la justicia y de alguna manera la igualdad. Esta diosa conservó su virginidad y nacio ya con un casco protector de guerra.
Así que nos gustó llamar a esta dulce infusión Atenea, porque es suave pero efectiva apotándonos un montón de beneficios de una manera tan sencilla y elegante.
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