domingo, 30 de junio de 2013

LA NOCHE EN BLANCO Y ROJO 2013

Por segundo año se ha celebrado la noche en Blanco y Rojo.
 Fue este viernes 28. Comenzamos a las 5 de la tarde terminando alrededor de las 10. Estuvo tan animada como la del año pasado. La vez anterior se celebró en 4 calles, esta vez ha sido en todo el Casco Viejo. Pensamos que por este motivo la afluencia a nuestra tienda y las compras serían menores, pero fue todo lo contrario, nos funcionó mejor que el año pasado.
Conté con la grata compañia de mi amiga Idoia que nos ayudó con la reparación. Hicimos una degustación de mermeladas y practicamente la preparó ella. En un principio solo iba a ser de violetas, pero tuve la suerte de que de desde mermeladas Elasun me enviasen varias muestras, y asi la variedad fue mas amplia: limón con jengibre, gelée de rosas con cava y oro, gelée de gin tonic y vino tinto, además de la ya citada de violetas.
Preparamos también un Matcha Latte, un té turco frio de manzana, un café con sabor a fresas y chocolate, un rooibos Chai Massai con leche, un cóctel de rooibos banana caramelo, que Paul bautizó en mi honor como " Rooany", y cuya receta pondré por aquí en breve.... y como bien pensamos, al ser la noche fresquita el vinito caliente con especias sentó muy bien.Ah! y antes se preparó un tea tonic de frutas del bosque.
Esta vez organicé un concurso llamado "Mi Tetera". Si bien no participó mucha gente, la historia ganadora es curiosa, y Clara, su creadora , recibió el lote de productos de Tishana como regalo con mucha ilusión. La historia de esta tetera será también contada en este blog.
El globo de la foto indicaba que el establecimiento donde se encontraba participaba en el evento. La idea en un principio fue muy buena, pero el viento lo movía continuamente. Los niños jugaban con él, lo querían coger, lo golpeaban....y me daba un poquito de miedo que se cayeran contra el escaparate.
Este año comenzamos con la degustación antes que el pasado, y la verdad es que para las 10 ya estaba agotada. Noté que había muchos más niños. Niños que se dedicaron a comer la mermelada sin apreciarla para nada, de tal modo que cuando al final de la tarde se acercó gente realmente interesada, apenas quedaba nada para probar. Desde aquí hago un llamamiento a esos padres que pasan de todoooo. Nos costó mucho tiempo y dinero prerar la demostración. Creo que podemos ser un poco más conscientes, y probar las cosas sin arrasar sin ton ni son con todo lo que había en las bandejas. Hubo un par de grupitos de unos 8- 10 años, acompañados por adultos, a los que les hubiese echado una pizca de cayena, pero...no soy tan malvada, solo lo pensé.
De todos modos, la experiencia fue muy positiva, y aunque también nos costó mucho volver a recoger, limpiar y dejar todo como estaba, el año que viene seguro que repetimos. Eso si, junto al globo pongo una escoba, mi escoba de sorgiñe, y al que no comparta lo que hay para degustar: escobazo, y después....a barrer!!!

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