lunes, 23 de enero de 2012

CUENTO ZEN PARA UNA TARDE DE TÉ: "LA ODA FÚNEBRE."

Habia una vez en un remoto pueblo un labrado que vivia con su madre. La madre, ya de avanzada edad murió un buen día al amanecer.
Tal y como era costumre, el hijo acudió a casa del maestro para pedir que le escribiera una oda fúnebre para el entierro. El maestro, aún era joven y llevaba poco tiempo ejerciendo como tal, así que nunca se había visto anteriormente en esta circunstancia.Para resolver la situación echó mano de su viejo libro y copió literalmente una oda dedicada a un padre de familia.
Al poco rato volvió a aparecer el hijo en casa del maestro, y dijo:
- Maestro, un amigo mio que sí sabe leer  dice que la oda  está mal redactada.
- ¿Cómo qué esta mal?, está copiada al pie de la letra y estoy convencido de que está escrita correctamente. Lo que pasa es que en tu casa ha fallecido tu madre por equivocación, ya que el que debiera haber muerto es tu padre.
 
Es curioso, pero hay gente que anda así por la vida.  Les cuesta reconocer los errores aunque  son muy conscientes de ellos, y pretenden que los demás que se hagan cargo de su falta de responsabilidad. Seguro que todos conocemos a alguien así...  nunca van a reconocer un error, porque para ellos el error siempre lo comete el otro, y además se erigen en maestros y son los que siempre juzgan y tienen razón...

Dedico este cuento a todos los que por alguna circunstancia nos vemos atropellados por individuos así.

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