miércoles, 4 de abril de 2012

POSTRE DE SEMANA SANTA: TORRIJAS CON VINO Y MIEL.

Este es uno de los primeros postres que recuerdo haber comido de niña, que por cierto mucha gracia no me hacía, porque yo en aquello seguía viendo pan..... y a mi lo que me gustaba eran los pasteles y el chocolateeee.
Mi madre no era muy aficionada a la cocina, pero no sé muy bien porque,le encantaba hacer torrijas, quizás lo único que hacia era aprovechar el pan que se quedaba seco del día anterior.
La historia de las torrijas tiene su aquel. Parece ser que se hacían en Roma cada 12 de Abril en honor a la diosa Ceres, la griega Demeter.
Posteriormente, durante la Edad Media, los cristianos tomaron la costumbre de hacerlas en tiempo de cuaresma y Semana Santa. Las comidas de esa época se basaban en lo que daba el campo y cuatro animales domesticados, por lo que las torrijas cumplen muy bien ese próposito, ya que siempre se encontraba un poco de pan, azúcar, leche, huevos y aceite. Con el tiempo se fueron sofisticando, y se enriquecieron con vino, miel, canela, naranja...
No sólo se consumen en España, en Alemania se les llama "caballeros pobres", y se elaboran también en Suiza, Portugal y a lo largo de todo América.
En algunos lugares de Castilla y Andalucia cuando se hacen con vino tinto se les denomina "obispos".
A continuación os detallo la receta que he utilizado para confeccionar las que aparecen en la foto. Las cantidades hay que adaptarlas a las que uno quiera consumir.

Ingredientes y Cantidades:
- Una barra de pan del día anterior.
- 1lt, de leche.
- 1/2 kl. de azúcar.
- Canela en rama.(según gustos, yo he empleado un palo para cada mezcla)
- 3 Huevos.
- 1lt. de vino blanco.
- 1/2 kl.de miel.
- Corteza de naranja.
Elaboración:
Poner la leche a cocer con un palo de canela y 2 cucharadas de azúcar.
En otro cazo aparte, cocer durante media hora o cuarenta y cinco minutos el vino con el azúcar restante, otra rama de canela y unas cortrezas de naranja. Debe quedar un almíbar tostadito.
Cortar el pan en rebanadas de unos 2cm de grosor y empapar en la leche. Escurrir bien sobre una rejilla.
Pasar los trozos de pan por huevo batido y freir en aceite caliente. Al aceite se le puede añadir también corteza de naranja, que habrá que ir retirando conforme se vaya tostando para que no amargue.
 Dejar enfriar las torrijas.
Cuando ya están frías rociar con el almibar.
Si las hacemos de un día para otro quedan más ricas porque se empapan mejor con el almibar y quedan más jugosas y dulces.
Ya sólo queda comerlas, y de una manera profana o litútrgica, celebrar y disfrutar de la "Semana Santa".

No hay comentarios:

Publicar un comentario