viernes, 20 de abril de 2012

UN COLLAR DE ESPECIAS PARA UN CUENTO DE LA HABANA VIEJA.

El título de esta entreda no ha sido fácil porque quería expresar demasiadas cosas en él.
Decía mi abuela que cuando el diablo no sabe que hacer con el rabo mata moscas, y eso me debió pasar a mí la otra tarde, que contemplando las especias de Tishana, de pronto me vino a la cabeza esta idea, y con un poquito de paciencia, hilo y unas gotitas de pegamento, diseñé este original collar.Además de ser una joya, cuando una pasa por algún lugar maloliente no tiene más que acercarsélo discretamente a la nariz.
La canela China o Cassia, es un tipo de canela más intensa que la de Ceylán y con un toque picante. Tiene un gran poder bactericida y por eso se emplea frecuentemente en los paises árabes con los platos de carne.
El anís estrellado o badiana es muy digestivo y se emplea para endulzar tisanas y en licores..... y al hilo, no del collar, sino de este anís en forma de estrella, me he acordado de un bonito cuento de allá, la Habana Vieja. Su autor es Tomás Barceló, y resumiendo mucho, más o menos dice así:
Paseando una noche por las calles arboladas de Miramar,el papá de la niña de sus ojos, observó con fascinación como sobre las hojas de los limoneros caían brillantes luciérnagas, y entonces se acordó que una noche insomne contemplando el cielo con ella, había prometido regalarle una estrella. Cogió una con muchisimo cuidado y se la guardó en el bolsillo de su guayabera.Cuando llegó a casa, se la regaló. La niña, que tenía sólo 6 años quedó totalmente embelesada. La guardaron en una cajita de cerillas y se la mostraba a todo el mundo, incluida la tia Cotufa, que tenía su método astroloógico según la ordenación estelar para descubrir las infidelidades de su marido. Peroooo... al llevarla a la escuela, algún compañero, o algún vecino caritativo, le dijo que aquello no era una estrella si no una luciérnaga, así que ante aquella revelación por parte de alguién con una mirada muy lógica y poco poética de la vida, la criatura quedó desolada.
 El pobre papá salió de nuevo aquella noche en busca de una luciérnaga, pero él sólo veía estrellas cayendo del cielo, así que de nuevo cogió una con sumo cuidado y se la llevó a su niña, haciéndole una advertencia,la mirarían unicamente ellos dos y nadie más, porque hay gente que confunde las estrellas con luciérnagas.....
A mi me parece un cuento precioso, y recuerdo que cuando trabajaba como trabajadora social en una residencia de ancianos, en el taller de lectura filosofamos sobre este relato y salieron emociones y sentimientos llenos de ilusión con una fuerza y una intensidad, que aún hoy transcurridos bastantes años recuerdo con mucha nitidez. Hablamos de un móntón de cosas: del engaño, de la fantasía, de los proyectos, de los Reyes Magos, del cine y las novelas.... y la gran conclusión fue´que de una manera u otra todos necsitamos soñar y creer en cosas, y estrellas maravillosas.
Mi pequeña dedicatoria de este cuento a Paul por sus creencias, y otra dedicatoría totalmente diferente a Trinidad, aquel trocito de Cuba que tanto me emocionó y maravilló.

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