sábado, 22 de septiembre de 2012

MABON: EQUINOCIO DE OTOÑO.






Mabon celebra la llegada del Otoño. Es tiempo de refleión y agradecimiento por la cosecha recogida que nos ayudará a pasar los días de frio que pronto llegarán.
Es  una celebración que se pierde, como suele decirse, en la noche de los tiempos.
 En la mitología griega es el momento en el que Perséfone se entristece por la despedida de Demeter que vuelve con Hades al inframundo.
Para los egipcios las almas descendían atravesando la serpiente para regenerar en la primavera a través del cordero.
Los hebreos celebraban el equinocio con el nombre de la fiesta del tabernáculo.
Los celtas celebraban la fiesta compartiendo lo cosechado.
Durante la Edad Media pasó la festividad a la recolección de la cosecha bajo el nombre de Michaelmas, fiesta de Sn. Miguel Arcángel
El sol entra en Libra y se celebran varios festivales como el de Avalon.

En estos momento los días tienen la misma duración entre la luz y la noche, pero a partir de aquí el péndulo se inclinará hacia la oscuridad.
Los árboles se desprenden de sus hojas, así que nosotros debemos desprendernos de todo lo viejo que nos impide avanzar.
 En los círculos de mujers suele celebrarse haciendo muñequitas de maiz,que se guardan durante todo el año y en el siguiente Mabon se queman marcando un nuevo ciclo de vida.
Además de estas muñequitas  en los altares habrá velas de  color rojo, amarillo, marrón,violeta..para sintonizar mejor con las energías de este día. Los aceites a quemar son de incienso, sándalo, salvia... y las piedras: el ámbar, ojo de tigre, cuarzos de color marrón, amarillo o naranja. La comida de celebración debe componerse de cereales, sobre todo maiz, frutas como manzanas y peras,  uvas,frutos secos...
Se evoca a la Diosa: Isis, Perséfone, Freyja...
Las runas son: La de la cosecha de Ger, Fehu para las ganancias, Urz para la salud y Sigel para el éxito.
Es tiempo de introspección. El Dios Sol navega hacia  las tierras del oeste arropado por la oscuridad y el frío de la noche.  Las horas del día y la noche se equilibran y los vientos soplan desde el Norte aullando lamentos.
Se simboliza el viaje de la renovación y renacimiento, y hay que recordar que para renacer hay que morir.

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